Al iniciar la reflexión nos centraremos en el concepto de evaluación educativa. Muchos son los autores que han ido definiendo este concepto a lo largo de la historia, la evolución del concepto ha permitido su construcción, integrando los nuevos enfoques o definiciones que se han ido construyendo a partir de las diferencias, carencias y perspectivas paradigmáticas en ocasiones contrapuestas, conduciendo a la elaboración de concepciones evaluativas diferentes a lo largo de la historia. Una síntesis actualizada acerca de las diferentes tendencias y definiciones de lo que actualmente representa la evaluación educativa es la desarrollada por el grupo de evaluación y medición (GEM) de la Universidad de Valencia: Se entiende por Evaluación…"un proceso sistemático de indagación y comprensión de la realidad educativa que pretende la emisión de un juicio de valor sobre la misma, orientado a la toma de decisiones y la mejora” (Jornet, 2009).
Actualmente la evaluación educativa se presenta como una posibilidad de desplazamiento, en contra de las prácticas más habituales en educación, que rutinizan esta actividad, ignoran aprendizajes centrales de cada disciplina, disocian la evaluación de los procesos de enseñanza aprendizaje y cuantifican el aprendizaje sin ningún significado.
Para desarrollar procesos de evaluación centrados en el aprendizaje, el enfoque actual propone algunos principios:
La evaluación ...
- Es parte de la planificación efectiva.
- Se centra en cómo aprenden los estudiantes.
- Es central en la actividad del aula.
- Es una destreza profesional clave.
- Genera impacto emocional.
- Incide en la motivación del aprendizaje.
- Promueve un compromiso con las metas de aprendizajes y con los criterios de evaluación.
- Ayuda a los estudiantes a saber como mejorar.
- Promueve el desarrollo de la heteroevaluación y la autoevaluación .
- Reconoce todos los logros.
Segun estos principios, lo primero que se debe hacer para preparar la enseñanza es fijar ciertos criterios de evaluación, que especifiquen qué se espera que los estudiantes aprendan. En segundo lugar, planificar escenarios de evaluación coherentes con las expectativas definida- esto es, una serie de actividades, organizadas segun una lógica que va desde lo mas cercano a lo más complejo-, que permite monitorear logros de los estudiantes con respecto a los criterios definidos. Junto con ello, durante el desarrollo del escenario se debe entregar retroalimentación efectiva y tomar decisiones pedagogicas pertinentes, en base a la evidencia de evaluación que el docente analiza.
Como una forma de sistematizar la propuesta de evaluación, desde un enfoque actual se presenta la siguiente figura:
