jueves, 14 de marzo de 2013

Portafolio como Instrumento de Evaluación Docente.




Sugerencias para el desarrollo del Portafolio Docente en Chile como instrumento de evaluación formativa.


 Una vez analizado el Portafolio de Evaluación Docente en Chile y contrastado con planteamientos desarrollados por diversos autores, se ha podido concluir que para poder considerar este instrumento como un proceso de evaluación formativo y significativo, es necesario proponer algunas estrategias:


 Procesos de formación inicial

  • Que el portafolio como instrumento de evaluación se aborde desde la formación inicial de los educadores (de manera teórica –práctica), con el objeto de que esté se considere y se utilice como una estrategia de evaluación que de cuenta del proceso vivenciado por cada alumno/a  y les permita evidenciar los aprendizajes alcanzados, llegando a ser considerado como parte de su formación.


Procesos de formación permanente

…Como instrumento de evaluación formativo y significativo se propone:

  •  Realización de talleres de perfeccionamiento para docentes  de expertos en Portafolios,  instancia en la cual se aborde este instrumento de evaluación  desde sus concepciones teóricas hasta las orientaciones para su realización práctica.
  • Realización de jornada de trabajo para docentes sobre elaboración de portafolios de temáticas libres,  como objeto de prueba.
  • Acompañamiento y seguimiento constante de expertos.
  • Desarrollo de jornadas de intercambio de vivencias personales e individuales de los docentes sobre elaboración de portafolio.

 …Como instrumento de evaluación flexible y contextualizado se propone:

  • Que  en la elaboración y organización Portafolio de Evaluación Docente  en Chile participen representantes de los docentes.
  • Que la estructura sugerida para el desarrollo del Portafolio sea flexible y adaptable a la realidad y contexto específico en el cual se están desarrollando las experiencias de aprendizaje y no sea una estructura impuesta.
  •  Que dentro de las jornadas de trabajo se asignen tiempos y espacios que permitan a los docentes reflexionar de manera individual y con sus pares con respecto a los procesos que se encuentran desarrollando.


…Como instrumento de evaluación confiable y para la mejora:

  • Que el Portafolio desarrollado por los docentes sea sometido a evaluación por una comisión de expertos que no estén relacionados con las instituciones educativas, asignándole mayor transparencia al proceso.
  • Que los resultados arrojados por la evaluación no sean utilizados para clasificar a los docentes según nivel de logros o competencias alcanzadas, sino que más bien estos sean considerados como un recurso que permita mejorar los procesos educativos de los docentes y la calidad de los aprendizajes de los alumnos y alumnas e sistema público Chileno.


















domingo, 10 de marzo de 2013

Portafolio como instrumento de evaluación.




Portafolio de evaluación docente en Chile como instrumento de evaluación formativa.

En el marco del desarrollo de intervenciones en el blog de  la asignatura Formación y Evaluación Docente y de Aprendizajes,  que forma parte del itinerario formativo del Master de Investigación en didáctica, formación y Evaluación Educativa de la Universidad de Barcelona, es que a continuación se desarrollará una de las propuestas de evaluación expuestas para tal finalidad.

A la luz del análisis realizado del proceso de evaluación docente en Chile y desde los sustentos teóricos desarrollados por  autores especialista en la temática de “portafolios” es posible reflexionar con respecto a los objetivos planteados  para este  sistema de evaluación, cómo  se aplica este instrumento y las sensaciones que genera en los docentes del sistema público (alrededor de 70.000profesores/as).

La evaluación docente en Chile se plantea como un sistema de evaluación obligatoria para todos los profesores y profesoras de establecimientos municipales, que se propone como un proceso de evaluación que busca mejorar la calidad de los procesos de enseñanza – aprendizaje de los docentes, desde educación infantil hasta el último nivel de primaria (octavo año),  y -por ende- mejorar la calidad de los aprendizajes de los alumnos/as.  Por otro lado la información obtenida se utiliza para la distribución de recursos económicos del sistema público, ya sea a través de incentivos para docentes bien evaluados y para invertir en la capacitación y apoyo a profesionales con bajos niveles de logro.

Posterior al trabajo de reflexión desarrollado sobre la temática de “portafolios” en Chile, es posible concluir que la estructura que presenta esté sistema de evaluación es coherente al formato que proponen algunos teóricos como: Lee Shulman en la década de 1980, sin embargo, sobre este tema surgen algunos cuestionamientos,  como por ejemplo, si este sistema de evaluación en Chile es coherente a los planteamientos propuestos por  algunos autores,  que dicen relación con la concepción esencial sobre el concepto de portafolio y la finalidad que persigue esta metodología.   Para comprender de una mejor manera,  se presentan algunas propuestas  de los siguientes autores:

  • (Arbesú y Argumedo, 2010) conciben el portafolio como un  instrumento de evaluación formativo y de reflexión docente.
  • (Grant y Huebner, 1998), señalan que debe ser de carácter  voluntario.
  • (Bird, 1997),  indica que debe  permitir plasmar las  competencias profesionales.
  • (Seldin, 1993),  al referirse a la finalidad de esta metodología,  señala que debe  posibilitar el desarrollo de  procesos de reflexión y autoevaluación que ayuden en el mejoramiento de prácticas pedagógicas en el aula. 
  •  (Shulman, 1999) lo  concibe como un proceso de evaluación formativa.  
  • (Cano, 2005), sobre la metodología propone que  se estructure en base a la selección de materiales y evidencias que acrediten que se posee la competencia o capacidad.
  • (Mateo y Martínez, 2005) señalan, que debe permitir a los docentes identificar  el nivel de logro conseguido, las competencias y el progreso alcanzado por los docentes evaluados


    Sobre lo anterior,  cabe preguntarse qué ocurre cuando un sistema de evaluación -que se estructura en base a características y aportes realizados por diversos autores y- que nace como una estrategia de evaluación para docentes del sistema  universitario que busca mejorar los procesos de reflexión y de formación, es aplicado a docentes de un sistema específico (sistema público) y con características muy diferenciadas a los docentes de nivel universitario, destacándose entre ellas: edad de los docentes, época y sistemas en que han sido formados y tiempos asignados para el desarrollo de procesos de reflexión individuales y entre pares, ¿Cumplirá con los objetivos reales de este instrumentos de evaluación? o ¿Se requiere para ello algunas características específicas que posibiliten su desarrollo?, es esto precisamente lo que hemos tratado de conocer a partir de algunos resultados obtenidos en este proceso de análisis teórico en contrastación del portafolio en Chile, basándonos además  en experiencias personales de docentes evaluados y representantes de los profesores/as en Chile, pudiendo concluir  al respecto que:
  •  Como metodología y propuesta teórica de evaluación que nace bajo el alero de una necesidad y contexto específico,  se expande a otros territorios, contextos, culturas institucionales, etc.  trasciende de  la finalidad original y  pasa a formar parte de un sistema de interpretaciones y adaptaciones de aquellas entidades –que sintonizadas con los objetivos originales desde donde surge la propuesta-  realizan modificaciones para su aplicación.   
  • En consecuencia,   estos procesos de adaptación e intentos de aplicarlos en nuevos contextos,  mantienen la intencionalidad original,  pero sin embargo y del mismo modo,  también corren el riesgo de  desvirtuar algunas de sus premisas esenciales.  Como por ejemplo,  en el caso educativo chileno,  el Ministerio de Educación,  propone un instrumento de evaluación impuesto desde el nivel central,  que no recoge las perspectivas de los docentes del sistema municipal y por consiguiente, se convierte en un instrumento descontextualizado que no evidencia las necesidades reales de cada lugar y centro educativo. 
  • Al no ser consensuado se pierde el sentido real del desarrollo del portafolio como proceso formativo de la práctica docente.
  • Se visualiza que los docentes lo consideran una actividad paralela al desempeño cotidiano, por lo cual es visto como una carga laboral o imposición administrativa que no ofrece espacios para una mayor reflexión.
  • Existe una apreciación de este instrumento como sancionador por  parte de los docentes del sistema público.

         Para continuar con la reflexión,  a partir de ahora expondré ideas desde mi experiencia docente,  como participante del proceso de evaluación.    Es posible señalar,  que el proceso de evaluación en Chile mediante el desarrollo del portafolio docente, se visualiza como aislado de las prácticas docentes, no  generando los espacios necesarios para la reflexión y desarrollo de una actividad formativa; debido a que en la práctica y desde la perspectiva de la percepción de los docentes y el colegio de profesores,  a este sistema de evaluación subyacen intencionalidades sancionadoras.

       En relación con lo planteado en el punto anterior,   este sistema de evaluación mantiene una doble finalidad;  es decir -en primer lugar,  una intencionalidad pública y que dice relación,  con todos los beneficios y virtudes que hacen que esta propuesta metodológica de evaluación docente se extienda por los diferentes territorios y sistemas educativos;  y en segundo lugar,  mantiene una finalidad o sentido oculto,   que es clasificar a los docentes en función de su calidad,  llegando en algunas ocasiones a ser eliminados del sistema educativo,  por no obtener los resultados esperados, generando esto en los docentes sensaciones de miedos e inseguridades con respecto a las prácticas que están desarrollando y que deben plasmar en estos procesos, lo que influye en que se pierda el foco central de la evaluación.

        Otro aspecto importante observado en la praxis de la evaluación docente en Chile,  es que  luego de desarrollar los procesos evaluativos,  no existen  sistemas de retroalimentación a los docentes evaluados,  que permitan mejorar o reorientar las prácticas pedagógicas.

    A hora bien,  como docentes responsables con la mejora de la calidad de los aprendizajes, resulta necesario pensar y proponer estrategias que permitan cumplir con el propósito de promover procesos de formación docentes reflexivos enriquecidos  y variados de las prácticas pedagógicas,  para que los portafolios no sean considerados como una moda pasajera y sin sentido como señala Dennise Wolf en el libro “El uso de portafolios” (en Lyons, 1999) propuesta para un nuevo profesional docente y pueda ser concebido como:


 







     Considero que la propuesta se orienta en la necesidad fundamental de crear una cultura del portafolio que se trabaje desde la formación de los docentes y que por tanto se visualice como una práctica normal y cercana a la labor educativa, en donde cada docente sea capaz de plasmar sus procesos de enseñanza, mediante la construcción de conocimientos basados en sus propias experiencias.

     Para la construcción de una cultura de la evaluación,  es necesario partir por incluir a los docentes desde las etapas del diseño de la evaluación,  con el fin, de generar confianzas y que éstos se sientan partícipes de los procesos,  con el fin, de generar empatía con los objetivos  de la evaluación y  eliminar las intenciones  ocultas.

    Claramente,  generar una cultura institucional son procesos paulatinos,  para lo cual,  en necesario avanzar paso a paso,  en procesos planificados.  En este sentido, toda acción docente,  debe ser visualizada desde una perspectiva reflexiva,  es decir, que los procesos de evaluación y generación de evidencias,  sean concebidos como herramientas de mejora,  acompañadas de la retroalimentación necesaria,  para  aportar nuevas perspectivas para  reorientar  o redireccionar las acciones.    

  
Referencias Bibliográficas:
Artesú, M.I y Argumedo, G. (2010). Diseño e Instrumentación de portafolios para la evaluación docente, Observar, 4, pp. 28-44. Consultado 15 Febrero 2013. Disponible en: http://www.raco.cat/index.php/Observar/article/view/200761
Bird, T. (1997). El portafolios del profesor: un ensayo sobre las posibilidades. En J. Millman y D. Hammond (Eds.), Manual para la evaluación del profesorado. Madrid: La Muralla. pp. 332-351. 
Cano, E. (2005). El portafolios del profesorado universitario. Un instrumento para la evaluación y para el desarrollo profesional. Barcelona: Octaedro-ICE.   
Mateo, J. y Martínez, F. (2005). L’avaluació alternativa dels aprenentatges.  Quadernos de docencia Universitaria, 3. Barcelona: ICE- Universitat de Barcelona.
Lyons, N. (1999). El uso del portafolios. Propuestas para un Nuevo profesionalismo docente. Buenos Aires: Amorrortu.
Seldin P. (1993) The Teaching Portfolio Concept. Department Chair Online Resource Center. Consultado 15 Febrero 2013. Consultado 19 Febrero 2013. Disponible en:  http://www2.acenet.edu/resources/chairs/docs/Seldin.pdf
Shulman, L. (1999). Portafolios del docente: una actividad teórica. En Lyons, N. (comp.). (1999). El uso de portafolios. Propuesta para un nuevo profesionalismo docente. Buenos Aires: Amorrortu. pp. 44-62

martes, 26 de febrero de 2013

Material bibliografico de Portafolio.

Artesú, M.I y Argumedo, G. (2010). Diseño e Instrumentación de portafolios para la evaluación docente, Observar, 4, pp. 28-44. Consultado 15 Febrero 2013. Disponible en:http://www.raco.cat/index.php/Observar/article/view/200761
Barberà, E. y de Martín, R. E. (2009). Portfolio electrónico: aprender a evaluar el aprendizaje. Barcelona: UOC.
Bird, T. (1997). El portafolios del profesor: un ensayo sobre las posibilidades. En J. Millman y D. Hammond (Eds.), Manual para la evaluación del profesorado. Madrid: La Muralla. pp. 332-351.  
Cano, E. (2005). El portafolios del profesorado universitario. Un instrumento para la evaluación y para el desarrollo profesional. Barcelona: Octaedro-ICE.   
Cisneros, E., Bustillos, M. E. y Canto, P. (2007). El portafolios como instrumento de evaluación docente. México: Universidad Autónoma de Yucatán.       
Cordero, G. (2002) Consideraciones generales sobre el uso del portafolio en Educación Superior. Acción Pedagógica, v. 11(2). pp. 76-83. Consultado 20 Febrero 2013. Disponible en: http://www.saber.ula.ve/bitstream/123456789/17163/1/articulo8.pdf
Fernández, A. (2004). El portafolio docente como estrategia formativa y de desarrollo profesional. Educar, 33, pp. 127-142. Consultado 15 Febrero 2013. Disponible en: http://ddd.uab.cat/pub/educar/0211819Xn33p127.pdf            
Frida, B., Pérez, Mª. (2010). El portafolio docente a escrutinio: sus posibilidades y restricciones en la formación y evaluación del profesorado. Observar, 4. pp. 6-27. Consultado 15 Febrero: 2013. Disponible en:http://www.odas.es/site/new.php?nid=24    
Johnson, R.,  Mims-Cox, J. y Doyle-Nichols, A. (2006). Developing porfolios in education. A guide to reflection inquiry, and assessment. Londres: Sage Publications
Lyons, N. (comp.) (1999). El uso de portafolios. Propuestas para un nuevo profesionalismo docente. Buenos Aires: Amorrortu.
Martin-Kniep G., (2001), Portfolios del desempeño de maestros, profesores y directivos. La sabiduría de la práctica. Buenos Aires. Paidós.
Matero, J.  y Martínez, F. (2005). L’avaluació alternativa dels aprenentatges.  Quadernos de docencia Universistaria, 3. Barcelona: ICE- Universitat de Barcelona.
Seldin P. (1993) The Teaching Portfolio Concept. Department Chair Online Resource Center. Consultado 15 Febrero 2013. Consultado 19 Febrero 2013. Disponible en:  http://www2.acenet.edu/resources/chairs/docs/Seldin.pdf
Shulman, L. (1999). Portafolios del docente: una actividad teórica. En Lyons, N. (comp.). (1999). El uso de portafolios. Propuesta para un nuevo profesionalismo docente. Buenos Aires: Amorrortu. pp. 44-62.
Wray, S. (2008).  Swimming Upstream: Shifting the Purpose of an Existing Teaching Portfolio Requirement. The Profesional Education, v. 32 (1). pp. 44-59. Consultado 20 Febrero 2013. Disponible en: http://www.eric.ed.gov/PDFS/EJ802013.pdf

lunes, 18 de febrero de 2013


Evaluación de competencias profesionales.

... "es imposible mejorar sin evaluar" Sriven (1991) 


Podemos entender que resulta complejo poder desarrollar  e implementar programas que apunten a la mejora del profesorado, sin haber realizado previamente procesos de evaluación que permitan detectar las necesidades formativas que demandan los docentes.  Esta situación -en ocasiones- se aleja de la realidad debido a  que la planificación y organización de los procesos de evaluación son producto de la improvisación y disponibilidad de recursos con que se cuenta de manera inmediata, no considerando las aportaciones de los docentes desde sus demandas, lo cual, se  evidencia en la escasa o nula mejora de las prácticas pedagógicas a la luz de los resultados alcanzados en los procesos de evaluación docente.
Muchas veces como docentes nos vemos abligados a cumplir con procesos de evaluación que buscan evidenciar el dominio de ciertas competancias profesionales. Estas competencias  pueden resultar muy diversas dependiendo del contexto desde donde se elaboren y apliquen, como por ejemplo: las casas de estudios superiores dentro de sus programas de formación se plantean el desarrollo de ciertas competencias profesionales que  obtendrán sus alumnos/as al finalizar dichos procesos de formación, realidad que se puede extrapolar a diversos contextos educativos (instituciones educativas, ministerio de educación, etc.). Estas instancias en las que se identifican ciertas competencias docentes,  se plantean como estrategias que permitarán a los/as educadores/as tener claridad con respecto a las comptencias que resulta necesario considerar para realizar buenas prácticas pedagógicas en distintos momentos de su actuar,   sea en  el diseño  y desarrollo de  actividades educativas, en la organización y gestión en el aula y en la aplicación de instrumentos de evaluación.
Ahora bien, quizas el cuestionamiento no apunta a la propuesta de competencias docentes, sino más bien a cómo éstas  son diseñadas y evaluadas -las que en la mayoria de las ocasiones son impuestas desde niveles centrales- y  nada tienen que ver con la realidad que ha diario desarrollan.    Este escenario,  genera en los docentes una praxis que -en determinados momentos- son concebidas  como una manera de cumplir con ciertos criterios establecidos y con el objetivo de que sus prácticas pedagógicas sean de calidad, no entendiendo realmente lo que cada una de ellas significa y desconociendo  el objetivo por el cual han sido desarrolladas.
Según Mario de Miguel Diaz  y otros (1993) "La consecuencia de esta forma de proceder son conocidas por todos. Cuando los programas de formación no parten de evaluaciones realistas de las necesidades docentes o se organizan sin una previa negociación, rápidamente se constata la disociación entre las expectativas profesionales y los medios que arbitra el sistema con este fin y, consecuentemente se genera un proceso de descalificación de las actividades y las personas implicadas en los mismos. Durante los últimos años el rechazo del profesorado hacia los programas institucionales de evaluación ha sido un hecho evidente que debe promover la reflexión de todos los implicados"
Cuando pensamos en reflexionar, lo hacemos a la luz del objetivo que se plantean los procesos de evaluación de competencias docentes,  como lo plantean algunos autores  "desarrollar modelos de evaluación para orientar las actividades de profesores y directivos, resaltando la importancia de la función docente y constribuyendo para que la evaluación repercuta en mejores prácticas didácticas" (Garcia, Loredo, Luna y Rueda, 2008, Vol.1,Nº3, 124-136).  
Objetivos como el señalado por los autores,  no se ajustan a todas las realidades educativas.  En el contexto chileno, específicamente,  el Sistema Nacional de Evaluación del Desempeño Docente (SNED) -aplicado  desde 1996- busca; por una parte, mejorar el sistema de incentivos al que están enfrentados los docentes y, por otra, generar información comparable acerca del desempeño de los establecimientos educacionales. 
Es posible observar que esta situación que no se condice con los objetivos reales que se plantean los procesos de evaluación de competencias docentes en la busqueda de desarrollar acciones educativas que apunten a la mejora de la calidad de la educación y en consecuencia en el desarrollo de las prácticas pedagogicas. y en consecuencia,  lisa y llanamente en Chile, este proceso se inserta en un sistema de evaluación que persigue una finalidad  sacionadora, que funciona según los resultados obtenidos, pero que no da pie a instancias de retroalimentación que permitan a los docentes analizar y reflexionar sobre elementos que deben ser considerados en sus procesos de enseñanza -aprendizaje.  Es desde esta perspectiva en  donde  surge la necesidad de realizar procesos de reflexión, que  lleven a alcanzar procesos de evaluación reales y significativos para la mejora de nuestras prácticas docentes.


Bibliografia.

De Miguel, M. y Otros.1993. Evualuación y desarrollo profesional docente. Oviedo, España: KRK ediciones.
García B., Loredo J., Luna E., Rueda M. 2008. Modelo de evaluación de competencias docentes para la educación media y superior. Revista Iberoamericana de evaluación educativa. Vol. 1,3, 124-136.





lunes, 11 de febrero de 2013



SIMCE en Chile.


¿Qué es el SIMCE?


El SIMCE es el Sistema Nacional de Evaluación de resultados de aprendizaje del Ministerio de Educación de Chile. Su propósito principal es contribuir al mejoramiento de la calidad y equidad de la educación, informando sobre el desempeño de los estudiantes en diferentes áreas de aprendizaje del Currículum Nacional, y relacionando estos desempeños con el contexto escolar y social en que aprenden.
Las pruebas SIMCE evalúan el logro de los Objetivos Fundamentales y Contenidos Mínimos Obligatorios (OF-CMO) del Marco Curricular vigente en diferentes sectores de aprendizaje, a través de una medición que se aplica a nivel nacional, una vez al año, a los estudiantes que cursan un determinado nivel educacional. Hasta el año 2005, la aplicación de las pruebas se alternó entre 4º Básico, 8° Básico y 2° Medio. A partir del año 2006, se evalúa todos los años a 4° Básico y se alternan 8° Básico y 2° Medio. Desde el año 2010 se aplica cada dos años la evaluación del sector Inglés en 3° Medio, y todos los años una evaluación muestral del sector de Educación Física en 8º Básico, con el objetivo de diagnosticar la condición física de los estudiantes.
Además de las pruebas asociadas al currículum, el SIMCE también recoge información sobre docentes, estudiantes y padres y apoderados a través de cuestionarios de contexto. Esta información se utiliza para contextualizar y analizar los resultados de los estudiantes en las pruebas SIMCE.



¿Para qué sirve el SIMCE?



El propósito principal de SIMCE es contribuir al mejoramiento de la calidad y equidad de la educación, informando sobre el desempeño de los estudiantes en distintas áreas de aprendizaje y del Currículum Nacional y relacionando estos desempeños con el contexto escolar y social en que aprenden. Para cumplir con este propósito, SIMCE fomenta el uso de la información de las pruebas nacionales e internacionales por parte de distintos usuarios.

1.- A los profesores, directivos y sostenedores la información entregada por el SIMCE les sirve para:

  • Conocer cómo le fue a sus estudiantes en comparación con aquellos del mismo curso evaluado en años anteriores. Los profesores pueden saber, por ejemplo, si al 4° Básico de este año le fue mejor, peor o similar que al 4° Básico del año pasado. Esto es importante para saber si las nuevas generaciones de estudiantes alcanzan mejores desempeños en comparación con las generaciones más antiguas.
  • Conocer si sus estudiantes obtienen un puntaje promedio mejor, peor o similar que otros alumnos del país, de su comuna, o de establecimientos que atienden a estudiantes con similares características socioeconómicas. Cuando dos establecimientos con similares características socioeconómicas obtienen puntajes promedios significativamente distintos, es más probable que estas diferencias se deban a que una escuela ofrece una educación de mejor calidad que la otra.
  • Evaluar si las iniciativas implementadas en la escuela tuvieron un efecto positivo en el nivel de desempeño de los alumnos. Por ejemplo, en una escuela los resultados SIMCE podrían haber subido como consecuencia de un cambio planificado en los énfasis de contenidos que los profesores tratan en clases.
  • Conocer qué porcentaje de los estudiantes de 4° y 8° Básico del establecimiento se encuentra en el nivel avanzado, intermedio e inicial de los Niveles de Logro. Estos resultados deben ayudar a que los profesores tomen conciencia de la diversidad de rendimientos que presentan sus alumnos.
  • Conocer el tipo de problemas que se espera que los alumnos puedan resolver. Al analizar los Niveles de Logro y las preguntas publicadas del SIMCE, los profesores pueden revisar en qué medida los estudiantes han tenido oportunidades de aprender los contenidos y habilidades evaluados. Es importante que esta pregunta se la hagan todos los profesores del ciclo de enseñanza, y no solo los profesores del curso evaluado. También pueden revisar si el nivel de exigencia de sus evaluaciones de aula se adecua al nivel de exigencia señalado en el currículo oficial y en las pruebas SIMCE.
  • Pensar cómo ofrecer clases más estimulantes y provechosas para estudiantes con distintos Niveles de Logro. Por ejemplo, en clases los profesores podrían armar grupos de alumnos del nivel avanzado, intermedio e inicial; y dar a cada grupo actividades acordes con sus necesidades de aprendizaje.
  • Ponerse metas. Por ejemplo, sostenedores, directivos y docentes podrían proponerse disminuir en 10 puntos porcentuales la proporción de estudiantes en el nivel inicial de los Niveles de Logro, junto con aumentar significativamente el puntaje promedio del establecimiento.
  • A través de las evaluaciones internacionales, conocer las competencias que manejan los estudiantes chilenos en comparación con los estudiantes de otros países. Nuestros estudiantes merecen aprender y desarrollarse tanto como los estudiantes de cualquier otro país. El que lo hagan es importante para su desarrollo personal y para el desarrollo económico y social del país.

2.- A los padres y apoderados, la información entregada por el SIMCE les sirve para:

  • Conocer cómo le fue a su escuela en comparación con otras escuelas de la misma comuna o dependencia. Los padres pueden preguntarle al director del establecimiento por qué la escuela obtuvo estos resultados, y qué pueden hacer para que mejore.
  • Conocer qué porcentaje de los estudiantes de 4° y 8° Básico del establecimiento se encuentra en el nivel avanzado, intermedio e inicial de los Niveles de Logro. Conocer qué se espera que sean capaces de hacer los alumnos en el curso evaluado. Los padres pueden consultar al profesor si su hijo maneja las competencias de cada Nivel de Logro, y qué pueden hacer para ayudarlo a alcanzarlas.
  • Complementar la información sobre las notas. Con las notas, los padres pueden saber cómo es el rendimiento de su hijo en comparación con el de sus compañeros de curso. Con el SIMCE pueden saber cómo es el rendimiento de su escuela en comparación con otras escuelas del país.             

3.- Al Ministerio de Educación, la información entregada por el SIMCE le sirve para:

  • Monitorear la calidad y equidad de la educación desde la perspectiva de  los logros de aprendizaje que alcanzan los estudiantes en distintas áreas curriculares. El Ministerio de Educación puede saber en qué medida los estudiantes están logrando los objetivos curriculares y si ha habido progreso en el logro de estos objetivos a través de los años. También puede monitorear en qué medida distintos grupos de estudiantes (ej. estudiantes de distinto nivel socioeconómico) están alcanzando estos objetivos.
  • Identificar establecimientos que presentan sistemáticamente bajos resultados en el SIMCE y que necesitan apoyo externo para mejorar el desempeño de sus estudiantes.
  • Evaluar la efectividad de programas de intervención cuyo objetivo es mejorar el desempeño de los estudiantes en distintas áreas curriculares.
  • Asignar incentivos a las escuelas que logran mantener altos puntajes en el SIMCE o que los suben sistemáticamente.
  • Aprender de la experiencia de países que alcanzan altos estándares de calidad y equidad en educación, a partir de los resultados de las evaluaciones internacionales.
  • Conocer las principales características del entorno escolar y familiar en el que estudian los alumnos chilenos y de otros países del mundo. Esta información de contexto puede ser muy valiosa para comprender mejor nuestros resultados.
    
El poder someter ha análisis este tipo de pruebas estandarizadas resulta complejo, debido al impacto que genera este tipo de evaluaciones en los diversos contextos en que se aplica ,  toda vez,  que  los sistemas educativos son múltiples y  que lamentablemente los indicadores de calidad están determinados  por los factores económicos.  Un ejemplo claro de lo anterior,  son los resultados de la prueba de evaluación de los aprendizaje (Simce),  cuyo propósito fundamental es contribuir al mejoramiento de la calidad y equidad de la educación, informando  sobre el desempeño de los estudiantes en diferentes áreas de aprendizaje del curriculum nacional, y relacionando estos desempeños con el contexto escolar y social en el que aprenden.   Para poder apreciar con mayor claridad esta situación,  se presenta un cuadro con los resultados de la prueba Simce,  de acuerdo a la dependencia administrativa del establecimiento educacional de un nivel determinado.

Tabla Nº1: Resultados Prueba Simce,  según dependencia administrativa de los establecimientos educacionales.


Público
Mixto
Privado
Simce 4to Básico 2010 Lenguaje
258

276

303

Simce 4to Básico 2010 Matemática
237

258

299

Simce 4to Básico 2010 Comprensión Medio Social y Cultural
240

261

297

Simce 2do Medio 2010 Lectura
244

262

309

Simce 2do Medio 2010 Matemática
235

261

326

Simce 3ro Medio 2010 Inglés
89
98
147

Fuente: Elaboración propia a partir de Mineduc 2009 y Mineduc 2010)

Lo primero que se puede  observar en el cuadro anterior, es la diferencia entre los resultados obtenidos según la dependencia administrativa del establecimiento. El ejercicio es simple: bastará mirar de izquierda a derecha para observar que los puntajes aumentan cada vez que pasamos de establecimientos educacionales públicos a los de dependencia mixta, y que ocurre lo mismo si evolucionamos nuevamente hacia establecimientos privados. Sin embargo,  al margen de una análisis lineal o basado sólo en los resultados,  existe una consecuencia mayor,  que es la convicción de que la educación pública es la peor; y segundo,  que un aumento de la cobertura privada sería una estrategia para mejorar estos indicadores. 

La consecuencia un resultado de esta prueba de evaluación seria la manipulación  de la información pública por parte de los medios de comunicación,  generado una “sanción” ciudadana,  que se ve reflejada en la migración de estudiantes  desde la educación pública hacia la zona “menos mala”. De este modo apreciamos cómo la construcción de esta imagen de las dependencias educacionales ha redundado en un comportamiento concreto que, desde el 2000, ha significado una reducción en la matrícula municipal y un aumento significativo de la educación en el sistema mixto (Mineduc, 2009).

En consecuencia,  esta situación ha influido en la construcción de un sistema  que genera segregación, desigualdad y debilitamiento de la educación pública,  que es en definitiva la que atiende aquellos sectores de la población  excluidos (sectores económicos deprimidos, migrantes, sectores rurales y sectores indígenas).

Por lo tanto,  y volviendo al análisis de la praxis pedagógica de los docentes,  ésta se presenta –dependiendo del nivel de dependencia administrativa del establecimiento educacional-  con diferentes características,  determinadas por las características económicas del sector de la población al cual atienden.   Asimismo,  las posibilidades de influir en los programas, curriculum y modelos educativos,  también son determinadas por la caracterización anterior,  debido a que en los  establecimientos mixtos y privados,  es posible encontrar mayor  flexibilidad respecto del abordaje del curriculum educativo nacional y en consecuencia,  puede existir una mayor autonomía en las metodologías de enseñanza.

En consecuencia, como educadores debemos preguntarnos si este tipo de evaluación realmente se plantean como objetivo mejorar la calidad de la educación o más bien son instrumentos de evaluación impuestos por el estado y que solo buscan responder a estandares politicos - económicos, en perjuicio de procesos de aprendizajes significativos y contextualizados. 



Referencias Bibliograficas:

http://www.simce.cl

Mineduc 2009 y Mineduc 2010